Han querido el destino y la norma que la recta final de esta campaña electoral, en la que los españoles nos jugamos tanto como nuestro futuro mismo, coincidiera con la publicación de los datos de la Encuesta de Población Activa (la famosa EPA), que una vez más son demoledores para Alicante y para toda España. El primer trimestre del año acabó con 93.400 puestos de trabajo destruidos y casi 50.000 desempleados más en España. Decenas de miles de nuevos parados. Decenas de miles de dramas familiares y personales ante los que el Gobierno socialista, sumido en la espiral de la sinrazón, les dice que “la cosa va bien”.
¿Va bien la cosa? ¿Acaso nos toman por idiotas?
Las cifras y la realidad, sangrantes como pocas, atestiguan lo que muchos ya saben por cierto y constatable: sólo el PP es el partido político capaz de generar empleo. Y a partir del domingo lo volveremos a hacer si contamos con los apoyos suficientes para formar Gobierno.
Ya lo hemos hecho en otras ocasiones, cuando heredamos un país sumido en las crisis más profundas, levantándolo, creando empleo y confianza en los inversores, que huyen de repudiables alianzas políticas que enfilan un camino centrado en el debate independentista, las desmembración de España y asuntos que preocupan en exclusividad a quienes venden su voto a cambio de eso precisamente: resquebrajar un país.
Sólo el PP es el partido político capaz de generar empleo. Y a partir del domingo lo volveremos a hacer si contamos con los apoyos suficientes para formar Gobierno.
La campaña electoral acaba hoy. Son pues estas líneas la última oportunidad que tengo para dirigirme a los electores y pedir el voto directamente para el PP. Y lo hago solicitando un ejercicio de reflexión profunda sobre la realidad de nuestro país y nuestra provincia, especialmente abandonada por un Gobierno socialista que sólo tiene gestos para aquellos territorios más broncos, cuyos representantes aprietan en lo económico y en lo político para acabar con el sistema que todos nos dimos al aprobar la Constitución.
Ha sido una campaña electoral larga, que me atrevería a decir que empezó justo el día en que Sánchez, con e apoyo de independentistas y proetarras, accedió a la Moncloa con una moción de censura tan legal como indigna. Ese día, todas las líneas del crecimiento económico conseguido con el Gobierno del PP comenzaron a quebrarse y comenzar un camino inverso que nos encamina de nuevo hacia la crisis.
España no se merece esto. España se merece un Gobierno fuerte, decidido, que no se deje amedrentar por quienes el paro, las desigualdades y la pobreza son asuntos “menores” que no merecen ni un minuto de su tiempo. Ellos quieren indultos y referéndum, los piden a cambio de sus votos en las Cortes, y todos sabemos que se los darán, porque el receptor de los mensajes (el PSOE) está dispuesto a hacer lo que haga falta para seguir en el poder.
¿Se han fijado en que Pedro Sánchez se ha negado una y otra vez a decir si concederá esos indultos? Dime con quién vas y te diré quién eres, dice el refranero.
Son muchas las opciones políticas entre las que el elector tiene que elegir el domingo, pero todos sabemos que la dispersión del voto sólo favorece a aquellos que no tienen claro modelo económico, ni territorial ni social. Por el centro derecha hemos oído muchos cantos de sirenas de parte de partidos que se nutren de la militancia de otros y que responden con titubeos a cuestiones vitales para el desarrollo y el futuro de nuestro país.
En la votación del domingo hay que acabar con esa dispersión del voto, concediendo la más amplia representatividad al partido político que garantiza plenamente y sin complejos la unidad de España. Y si hay que aplicar de nuevo el artículo 155, se hará con todo el peso de la ley. Y si hay que emprender reformas para favorecer la creación de empleo, el Partido Popular lo hará como lo ha hecho siempre que ha gobernado. Pablo Casado como candidato a la Presidencia del Gobierno; César Sánchez, que encabeza la lista al Congreso por Alicante; e Isabel Bonig, candidata a la Presidencia de la Generalitat, volverán a hacerlo.
España necesita al PP. España necesita tu voto